CUADRAS/ESTABLO

(2019)
Pedro G. Romero e Isaki Lacuesta graban en la iglesia de San Pietro in Montorio, Roma, un concierto de siete guitarristas que ejecutarán solos e improvisaciones durante siete horas ante media docena de caballos, mulos y asnos.

Curado por Pedro G. Romero

Sacco. El saco de Roma, las crisis de la representación y los flamencos.

CUADRAS/ESTABLO

 

Cuadrante del Tempietto del Bramante, Chiesa di San Pietro in Montorio, Roma

Jueves 13 de junio, entre las 15 y las 22 horas.

Entrada y salida libres.

 

Proyectado como instalación en forma de doble pantalla a partir del 16 de junio en la Accademia.

 

Un evento para los caballos Buck Red Skin, Bambi Sailor, Onkaia,

San Special Solanos y Cool Boy, la mula Guapa y el asno Agostino.

 

Con las guitarras de Pepe Habichuela,

Alfredo Lagos, Raül Fernandez Refree, María Marín,

Riccardo Ascani, Bruno Alviani y Ciro Barsueto.

 

Dirigido por Isaki Lacuesta & Pedro G. Romero

 

Con la participación de Stefan Voglsinger, Ludovica Manzetti, Matteo Binci, María García, Maria Doriana Casadidio, Tony Di Mauro, Cizia Mariani, Simone Minigghini, Guillermo Cascante, Julio Criado, Laura Tremoleda, Santí Baró

 

Fotografía. Ludovica Manzetti, 2019.

 

El punto de partida se encuentra en los relatos del Abad de Nájera, Juan Bartolomé de Gattinara, Giraldi Cinthio, Francisco de Salazar, Balthasar de Castiglione, Francisco Delicado, Benvenuto Cellini o Francisco de Holanda, entre tantos otros cronistas, descripciones de lo que significaba la profanación de las iglesias convertidas en establos para caballos, mulas y asnos durante el Sacco de Roma de 1527. La propia Basílica del Vaticano fue ocupado por la caballería de los lansquenetes protestantes que hicieron ostentación de lo que esta acción tenía de irreverente. Sin embargo, en el círculo de Alonso y Juan de Valdés, en diálogo con el iluminismo alumbrado y el erasmismo, se abrió otra interpretación de este mismo gesto, pues, en definitiva, convertir los templos en establo no era sino volver a la pobreza y humildad de la Iglesia originaria, volver al establo mismo en que había nacido el Mesías, el Cristo. Entonces, tenemos a la vez, desplegados en un mismo gesto la profanación y la sacralización de un mismo espacio.

 

Para nuestro propósito ha sido interesante entender el sistema de visión de los equinos. Sus dos ojos dan tomas de campo separadas a los dos hemisferios de su cerebro, dejando puntos ciegos en el eje que va de la cola al hocico, vacíos que se completan por el oído. Lo que escuchan ayuda a completar dos campos de visión que se dan siempre a la vez y distintos. El animote, dice Derrida, debe sumar, a la vez, la zoología y el significado cultural del animal.

 

La numerosa literatura existente sobre qué escuchan los equinos, qué música prefieren, cuáles son sus ritmos, quedó desplazada por las experiencias contadas por el gran guitarrista gitano y flamenco, Pepe Habichuela, y a partir de ahí la decisión de incorporar el sonido de las muchas guitarras flamencas, esa música precisamente.

 

Durante el evento Pedro G. Romero e Isaki Lacuesta realizaran grabaciones de audio y vídeo buscando encontrar, precisamente, esa doble visión, doble perspectiva, multiplicación de los puntos de vista. Simone Weil pensó que esa era una propiedad de la mirada mística y Slavoj Žižeck lo ha llamado “visión de paralaje” y convertido en una herramienta de la dialéctica materialista. Nada extraordinario, es una experiencia habitual del mirar. Sólo que no opera y, en las representaciones, nos dejamos gobernar por el punto de vista fijo. Lo que queremos ensayar es esa posibilidad alternativa del ver, subrayarla.

 

Círculo encuadrado, el espacio del Tempietto del Bramante, no es sólo suelo sagrado, también se alza como un monumento a las técnicas de la perspectiva, aparato de visión que es hegemónico desde los principios de la edad moderna, desde el llamado Renacimiento. Minar su carácter emblemático, su martirio, tiene algo de gesto político. Lo que el público podrá ver y escuchar es todo eso: los animales y los animotes, un concierto de guitarras flamencas dirigido a caballos, mulas y asnos, la grabación escindida en video y audio del mismo, el espacio arquitectónico dividido, el parpadeo de las luciérnagas en los alrededores y una proliferación de puntos de vista.